Este es un espacio en donde emergen opiniones y puntos de vista acerca de prototipos de moda con el fin de generar una reflexión en los jóvenes del mundo.

jueves, 24 de mayo de 2012

Bajémonos de la báscula


El índice de problemas alimenticios en jóvenes entre 10 y 25 años, aumentó en un 6% de la población adolescente en Latino América, debido a factores familiares, individuales y sociales.

Debido al incremento de personas afectadas por enfermedades como la  anorexia y bulimia, los ministerios de salud han venido luchando para que la cifra no siga aumentando y las enfermedades disminuyan, sin embargo, existen diferentes tipos de mensajes publicitarios que afectan de manera directa a que los jóvenes decidan dejar de comer como obligación para ser aceptados en la sociedad. Dado que la publicidad que se está manejando por parte de diferentes marcas, en donde el prototipo de persona perfecta es ser flaco; Organismos de salud han intervenido creando nuevas campañas, que finalmente han desarrollado una cadena en donde la salud y las marcas se unen de modo que todos ganan  mediante la creación de un círculo vicioso en donde las personas reciben un mensaje publicitario y por otro lado es orientado por la salud a que adquieran rutinas de gimnasio con entrenadores personales los cuales finalmente someten a las personas a llegar al  mismo fin, ser flacos.
Por ende, se está generando un negocio de consumo en donde una alimenta a la otra, anulando el objetivo principal de disminución de problemas alimenticios  y  por el contrario, centrándose  en la ganancia y venta que generan sus campañas.

Opinan los expertos

Según El doctor Armando Barriguete Meléndez psiquiatra,
psicoanalista e investigador en la Clínica de los Trans-
tornos de la Conducta Alimentaria, en el Instituto 
Nacional de Nutrición y experto en los síndromes de mala alimentación, el vivir en una sociedad en la cual hay oferta promisoria de comida y una obsesión por la delgadez. Ésta idea de la estética transmite a los jóvenes sistemas de valores que se basan en el "buen look" y el problema es que puede derivar en una adicción por la delgadez del cuerpo y producir enfermedades. Sin embargo y a pesar de la gran preocupación que genera el aumento de las enfermedades alimenticias, la nutricionista Gabriela Martínez asegura que los medios y publicidades no están ayudando de manera positiva a que el problema se solucione, aunque parezca que si. “Como nutricionista tengo que decir que los medios publicitarios no están siendo éticos con sus campañas, siempre hay un doble significado en todo, se les dice a los jóvenes que deben quererse a si mismos tal y como son, pero a fin de cuentas todo el tiempo los están bombardeando con artículos publicitarios en donde hay prototipos de belleza que no son saludables, en mi oficina más del 40% de pacientes que llegan, tienen problemas de trastornos alimenticios y la mayoría dice que se sienten presionados a buscar una imagen que al final los puede llevar a la muerte”. Así mismo  Emilio Rey entrenador personal de uno de los gimnasios más famosos de Bogotá, dice estar de acuerdo en que todo es una cadena en la que lo único que al final importa es la plata. “ Por el tiempo que llevo ejerciendo mi trabajo,  puedo asegurar que a las empresas no les interesa la salud de las personas como primer objetivo, sino que mediante publicidades hacen que las personas  se sientan en la necesidad de recurrir a el gimnasio y dietas para ser “bonitos”, con eso la empresa gana  más plata, claro está que los afiliados llegan con el objetivo de salir del gimnasio demasiado flacos sin importar la salud”.

Es así como se genera una contradicción en lo que dicen hacer las campañas de salud y los resultados que están obteniendo, porque a pesar de las miles de campañas que se lanzan cada año para el cuidado de la salud, las cifras de anorexia y bulimia siguen aumentando al igual que las ganancias lucrativas de las distintas empresas involucradas en el tema.

Lo que se ha intentado hacer/ intentos fallidos

Sin embargo, muchos aseguran que "supuestamente" las campañas y la salud sí están cumpliendo con su labor de educar a la sociedad para que tengan una alimentación sana. Al parecer, la manera más fácil es llevando mensajes a través de los medios de comunicación en donde asustan a las personas con testimonios para que no caigan en lo mismo. Anahí,  integrante del grupo RBD, lanzó su propia campaña en contra de la anorexia que ella misma padeció. “Me ha costado trabajo poder llegar (preparar la campaña), empecé en un cuaderno y si Dios quiere, empiezo a filmar los comerciales en enero… para poder ayudar a toda esa gente que nos necesita”. Dentro de su testimonio, cuenta que dejó de respirar durante unos segundos y que es muy difícil salir vivo de esa enfermedad. La campaña ya esta en marcha y ha contado su historia en canales como Natgeo.

Por otro lado, la línea de maquillaje Cyzone  también se unió a la cadena de campañas en contra de la Bulimia y la anorexia, ya que tienen un público vulnerable a la enfermedad. La campaña “Quiérete” dirigida por Tiffany Bienen, coordinadora de Imagen Corporativa de Cyzone, dijo que "es una propuesta positiva ya que tiene como principal mensaje el fortalecimiento del autoestima de las jóvenes con un enfoque dirigido totalmente a la prevención". Campañas como éstas han ayudado a que los jóvenes tomen conciencia acerca del problema al que están expuestos.

Como éstas existen muchas campañas en las que se han unido la salud y la publicidad para llevar un mensaje a la sociedad, como el caso de la fallecida modelo Isabelle Caro, quien se ofreció como imagen para realizar una campaña publicitaria(No.Anorexia) en contra de la enfermedad. Las imágenes son impactantes, a tal punto de que fueron muy criticadas por la gente ante el asombro que éstas generaron. Las campañas mencionadas anteriormente, han ayudado a que la gente se de cuenta de la magnitud de la enfermedad y del cuidado que deben tener para no caer en ella.

Lo contradictorio allí es que los jóvenes de esa edad no tienen la disponibilidad mental para ver esos testimonios y los pasan por alto ya que la balanza pesa más del lado de la popularidad y la belleza para ser queridos y aceptados dentro de su grupo social. Además, los jóvenes suelen pensar que esas personas en realidad no han tenido ese tipo de enfermedades o simplemente no les interesa ver las consecuencias de ser extremadamente flacos. Les cuesta aceptar que se están equivocando.

La báscula de las cosquillas

La fábula llamada La báscula de las cosquillas, cuenta cómo la obsesión por el peso y el aspecto físico son la forma de aumentar el mal humor y los problemas de salud en las personas.

cierto día en un reino en el que la belleza no preocupaba apareció una báscula llamada publicidad, todos lo animales comenzaron a usarla. cuando el león se subió en esta , la báscula le dijo: “debes cambiar tu melena, tus uñas y bajar de peso, así no seguirás reinando”; El león se asusto tanto que comenzó a hacer mucho ejercicio para poder seguir gobernando, luego los demás animales comenzaron a ver que su rey estaba usando la báscula de la publicidad y quisieron seguir esa moda, todos tenían que ser perfectos para poder ser como el rey, así que día a día todos los animales del reino se pesaban y dejaban de comer para ser más bellos, estaban muy pendientes de cuanto subían o bajaban, se fijaban solo en lo superficial y se olvidaron de lo más importante, de divertirse y quererse como eran por dentro.

La báscula de la publicidad y su prototipo de moda, comenzaron a manipular a todo el reino a su manera haciéndolos  caer en su juego y beneficiándose de todos. Sin embargo, con el paso del tiempo los animales se comenzó a aburrir de vivir con ésta clase de enfermedades y muchos se tomaron la tarea de criticar e intentar cambiar éste pensamiento de perfección implantado.

La báscula finalmente comenzó a hacerle cosquillas a los animales para que ellos se olvidaran de sus kilos, lo que se asemeja con las campañas publicitarias que están creando a nivel mundial para combatir la enfermedad. en algunos casos, esas ayudas han servido pero no lo suficiente como para acabar con la problemática, ya que muchos de los que manejan esa báscula están interesados no tanto en el bienestar de sus ciudadanos sino en el dinero que ganan haciendo uso de ella.

Así que ¡Jóvenes! abramos los ojos, dejemos de ser máquinas adscritas a empresas con intenciones lucrativas, cambiemos del Chip y bajémonos de la báscula.